Si, además, tenemos en cuenta que del total de la superficie agrícola se dedica un 77% para la producción de alimentos para animales, la ganadería se convierte en uno de los grandes responsables de la crisis climática. A todo ello, hay que añadir el crecimiento de la población mundial y un consumo cada vez mayor de carne, y, además, la tendencia es que aumente más de un 20% hasta 2050. Además, la Organización Mundial de la Salud también advierte que consumimos un 60% más de la cantidad recomendada de proteína animal. Parece que deberemos reducir el consumo de carne... ¿cómo lo hacemos, pues? ¿Y si utilizamos productos vegetales que tienen el mismo aspecto que los productos animales, la misma textura e incluso el mismo sabor?
Uno de los objetivos del proyecto "Sistemas innovadores para la obtención de la LegHemoglobina para productos análogos de la carne (INNOLEG)" ha sido explorar la posibilidad de expresar y secretar leghemoglobina de soja (LHC2) en la levadura S. cerevisiae. Las hemoproteínas tienen un papel muy importante en el desarrollo del perfil organoléptico de la carne y, por ello, la LCH2 se utiliza en algunos productos análogos de carne, ya que mejora su aspecto y sabor haciéndolos mucho más parecidos a los sus homólogos cárnicos. Este hecho es muy interesante para las empresas que elaboran análogos de carne, porque les permite ofrecer elaborados a partir de materiales vegetales ya la vez también lo suficientemente atractivos para los consumidores de carne. Actualmente, no existe ninguna empresa europea que sea capaz de producir la LCH2 y es por este motivo que estudiar la viabilidad industrial de este proceso ha sido también uno de los objetivos de este proyecto.
Proyecto financiado a través de la Operación 16.01.01 (cooperación para la innovación) del PDR de Catalunya 2014-2020.
Espuña colabora en el proyecto Go-Innloeg
Cuando se habla del calentamiento global y de gases de efecto invernadero, la mayoría de nosotros pensamos de forma automática en las chimeneas de las industrias o en los tubos de escape de los vehículos de combustión. Sin embargo, un 23% de los gases de efecto invernadero van asociados a la agricultura y ganadería.